Kiara: “No me da la gana de irme de Venezuela”

A finales de los 80, Kiara (Barquisimeto, 1961) irrumpió en la escena musical venezolana con un torrente de voz y una imagen sensual que se mantiene hasta el día de hoy. A lo largo de su trayectoria no solo ha cantado, también ha actuado y animado y aunque el paso del tiempo es inexorable, la intérprete se para frente al espejo y desafía las manifestaciones de los años, mientras que artísticamente no se detiene.
ELINFORMADOR.COM.VE/ ElUniversal/PAL.- Actualmente, forma parte del jurado del concurso de canto de Televen, TV libre, y el 4 y 5 de junio participará en el remontaje del musical tributo al grupo Mecano, Aire, que se presentará en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela.
-Al inicio se le vendió como una cantante con una imagen muy sensual, ¿Cómo lleva esa cualidad a su edad?
–Ya no utilizo ademanes cuando canto, simplemente saco a relucir lo que va dentro de mí y eso se llama personalidad, el contacto visual con el público, el decir mi verdad con el corazón y creo que eso da tan buenos resultados como lo otro (risas). Yo no digo que aquello era malo, fue un momento y ahora Kiara ha madurado, inclusive, se me presentan muchos problemas con el vestuario. Ahora digo: ¡Wow! ¿Cuál es el límite? Porque yo sigo teniendo piernas para ponerme faldas cortas, pero soy muy ubicada en cuanto a la edad, por eso las uso cuatro dedos sobre la rodilla y eso forma parte también de una sensualidad bien llevada, glamorosa. Hay ciertas cosas que te indican cómo ser una señora madura, si se quiere agraciada, y otra que alguien te vea y diga: ‘¿y ésta desubicada qué? Eso si no me gustaría.
–¿Cómo reacciona cuando le sale una cana o arruga?
–Cuando me sale una cana me la pinto. Cada 21 días estoy como un clavel en la peluquería y uso bótox. Es fabuloso. Me lo pongo en Korpo Laser, que está en Los Campitos. Mucha gente dice: ‘¿por qué hacerlo?’ Yo más bien digo: ‘¿por qué no hacerlo?’ Además, qué rico es no verte líneas de expresión. No tengo una alimentación tipo Sasha Fitness, pero como bien aunque, a veces, como comida chatarra, pero hago mucho ejercicio. Entreno en el 398 de Las Mercedes. Eso es vital para mí. Y los fines de semana subo Sabas Nieves cantando.
–¿Es perfeccionista? ¿Es muy crítica consigo misma?
–Muchísimo. Mira, ahí está mi asistente que siempre me dice: ‘a ti todo te queda bien’. Yo siempre estoy dudando, no me siento merecedora de tanto halago. Creo que tengo una personalidad maravillosa, que soy muy dicharachera y simpática, pero ni siquiera veo mis novelas porque empiezo: ‘mira el mechón, mira aquello’.
–Sufre…
–Es un sufrimiento.
–¿Qué le preocupa ahora?
–Ahorita me preocupa el país porque vivimos la crisis más espantosa que hemos vivido, por lo menos en mis años de vida. En los años 80, hubo gobiernos que no entendieron la realidad de los menos favorecidos, sin embargo, vivíamos en una democracia, que era perfectible, pero en este momento además de sentir escasez e inseguridad, es un sobrevivir diario, es preocupante a nivel inclusive espiritual lo que está ocurriendo en Venezuela.
–¿Dónde queda el amor en este momento de su vida?
–En Prados del Este (risas).
La cantante y actriz vive en esa urbanización de Caracas.
–Soy una persona que creo en el amor. Me caso, me divorcio y me vuelvo a casar. Soy reincidente. Estar en pareja es lo ideal y uno se casa para toda la vida, pero hay veces que no resulta. En mi caso, en dos oportunidades no resultó. La primera fue una separación muy amigable. Él hoy está casado con Liliana Rodríguez, la hija de Lila Morillo y José Luis Rodríguez “El Puma”. Yo los presenté y encima, les di la bendición. De hecho, me causa mucha gracia porque cuando ella me llama yo le digo: ‘tú me caes mejor que el padre de mi hijo’ (risas). También se lo digo a él, sin embargo, el Día de las Madres, me mandó un mensaje que me conmovió profundamente.
–¿Qué le dijo?
–Me escribió: ‘¡Feliz día de la madre!’ y yo le respondí: ‘¡Muchísimas gracias! Entre los dos hicimos lo más bonito de nuestras vidas, que es nuestro hijo’, entonces me mandó una nota de voz donde decía que yo me merecía a ese hijo y él no tanto porque Marco siempre ha contado con mi ayuda y que por eso él siempre me iba a amar.
“El segundo matrimonio sí fue un poco alocado. Él estaba de moda y yo estaba muy muy de moda. Fue con Alejandro Sucre, dueño del restaurant Tambo. Fuimos dos luciérnagas que fueron contra una lámpara y nos estrellamos. Duramos cuatro años, me enseñó algunas cosas interesantes, pero me mostró también lo que no quería de un hombre. Él se fue del país. Entonces, encontré a este remanso de paz que es Pascual Tufano, un italiano, catire –a mí siempre me han gustado los de pelo negro– y éste es colorado, con los ojos amarillos, altote, fuerte. Tengo 18 años con él, hemos respetado nuestros espacios, confiamos el uno en el otro y creo que ése ha sido el éxito de nuestra relación”.
–¿Su hijo ya la convirtió en abuela?
–No. Para nada (risas).
–Se imagina que la llame y le diga…
–¿Que voy a hacer abuela? No, vale (risas). Cuando él pueda mantenerlo, entonces sí podrá tener los hijos que quiera.
–¿Es verdad que quiere crear una banda de mujeres?
–No una banda, un musical de mujeres. Ojalá se dé. Sería con Elisa Rego y Mariaca Semprún o Karina y Mariaca Semprún. Cualquiera de las dos fórmulas sería estupenda.
–¿Quién es la heredera musical de Kiara?
–Me gusta Judy Buendía. Tiene una voz extraordinaria, físicamente es espectacular y baila sensacional. Lo que pasa es que salió en una época bastante difícil en Venezuela, no hay disqueras, sabemos la carga económica que implica hacer una producción, el cantante tiene que hacer una gran inversión para después recoger los frutos en bolívares. Los nuevos talentos se enfrentan a ese problema. Hana Kobayashi también tiene una voz extraordinaria y Betsayda Machado es fabulosa.
–¿Qué significa para usted participar en un musical que rinde homenaje a Mecano?
–Mecano formó parte de mi vida, crecí con ellos. Hay una anécdota muy grande, cuando salió mi producción en marzo del88, a los dos meses me fui a España al aniversario de una de las televisoras de Galicia, en el Parque de Castrelos, y resulta que tenía a Petula Clark a la derecha; a Gloria Gaynor a la izquierda; más allá, estaba Mecano. Todos grandes luminarias y yo, que apenas comenzaba. Estaba con Gilberto (Correa) y Carmen Victoria (Pérez). En dos oportunidades nos cruzamos en Sábado sensacional, o sea, que para mí Mecano no es ajeno. Yo viví esa época maravillosa, por eso cuando vi a esos 50 chamos en Maracaibo, que ya habían hecho Let it be de Los Beatles, dije: ‘tengo que estar allí’ porque hay que apoyar a este talento. No sabes el despliegue de talento que hay en Aire. La escenografía y la dirección son impecables.
–¿Cómo ha sido su experiencia en TV libre?
–Ser jurado siempre es difícil y aquí más porque un minuto no define a la gente. En un minuto puedes desafinar y si tuvieras 3 ó 4 minutos podrías arreglar la canción y obviar ese mal momento. Sin embargo, estamos tratando de hacer lo mejor que podemos. De hecho, es audaz que, en la situación económica en la que estamos, P&G pueda patrocinar un programa como éste, así que aplaudimos la iniciativa de Televen. Nosotros nos estamos divirtiendo y tratando de valorar: ‘mira, me gustó tal cosa’, ‘trata de hacerlo mejor’. Siempre desde el punto de vista constructivo.
Es duro hacer televisión en época de crisis, ¿no?
–Es muy duro. Somos susceptibles de críticas, pero tienen que entenderlo.
–Nunca se ha ido de Venezuela, ¿Miami no la seduce?
–No, quiero a mi país y no me da la gana de irme. No me da la gana de regalar mi país.

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